Síndrome del cuidador: ¿Qué es y cómo manejarlo?

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¿Sabes qué es el síndrome del cuidador y cómo puede afectarte? 

Si tienes un familiar enfermo o que ya no se vale por sí mismo, tú o quien se encargue de atenderlo, puede desarrollarlo.

Este concepto fue acuñado por el psicólogo norteamericano Herbert Freudenberg en 1974. Se refiere a las señales de cansancio emocional, físico y afectaciones de salud que presentan quienes cuidan por largos periodos a:

  • Gente enferma que ya no puede hacer cosas por su cuenta
  • O que tiene deterioro motriz o cognitivo por su edad.

La realidad es que atender a alguien que necesita a otra gente con el fin de que le ayude prácticamente a todo, no es sencillo. 

La buena voluntad de ayudar, aunque se trate del ser más querido, puede quebrarse en cualquier momento.

Pueden aparecer sentimientos de frustración, enojo, depresión o cansancio mental y físico permanente. Eso es a lo que en la actualidad se le llama síndrome del cuidador.

Si quieres saber más y cómo puedes superarlo, te invitamos a continuar leyendo y tomar nota de lo que debes llevar a cabo.

En este artículo encontrarás:

¿Qué desencadena el síndrome del cuidador?

El síndrome del cuidador tiene su origen en eso que conocemos como estrés crónico. Y es casi obvio. Si cuidas por largo tiempo a una persona con padecimientos crónico-degenerativos, neurológicos o que simplemente pierde habilidades motrices, estás expuesto a un fuerte desgaste físico-emocional.

Esto se presenta dado que no solo tendrá la responsabilidad de la salud del paciente, sino también de cómo atiendes todos sus requerimientos básicos.

Eso implica desde prepararle la comida y asearlo, hasta vigilar que tome medicamentos. Desde ver que vaya al doctor, o inclusive llevarlo a la entidad de salud, hasta que realice cosas que le gustan y lo mantienen lo más lúcido y activo posible.

Así, es normal que, en un momento, aparezca la ansiedad, fases de cólera e, incluso, depresión.

A la larga, este trabajo absorbe, y quizá sientas que no haces lo suficiente, o que quieres hacer algo más; por ello, dejas en segundo plano tu vida, a tus amigos, al resto de tu familia y hasta tus propias necesidades.

De hecho, algunos estudios señalan que más de 80% de los cuidadores desarrollan este síndrome

“Más del 80% de los cuidadores desarrollan este síndrome”

Además, quienes realizan esta labor, enfrentan más episodios de depresión y disfunción familiar severa. Incluso, tienen problemas laborales por desatender su trabajo, así como crisis financieras; el cuidado de un paciente igualmente absorbe recursos personales.

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¿Cómo reconocerlo?

Ciertamente, el síndrome del cuidador se manifiesta a través de estrés, tristeza aguda y ansiedad, pero también tiene otros indicadores; entre los que destacan están:

  • El insomnio, somnolencia y los desórdenes alimenticios.
  • El cansancio físico constante, la desesperación e irritabilidad.
  • Los dolores de cabeza y las migrañas.
  • La dificultad para concentrarse.

En ciertos casos se presentan sentimientos de impotencia, descuido personal y adicciones al alcohol, el café, el tabaco, los ansiolíticos o somníferos. También suele haber apartamiento social. Esto, ya que las relaciones personales y actividades recreativas de uno son sacrificadas por estar al pendiente del otro.

Asimismo, entre las personas cuidadoras surgen sensaciones de sentirse incomprendidos o pensar que no valoran el esfuerzo que hacen. Esto deriva en resentimiento. Incluso, enferman de manera constante. Otras señales del síndrome son:

  • La indiferencia por todo.
  • Los dolores de cuerpo.
  • Subir o bajar de peso; los malestares digestivos.

¿Qué puedes hacer para superarlo?

De acuerdo con los especialistas, un cuidador tiene la opción de adoptar una serie de medidas para manejar de forma adecuada este síndrome. Para empezar, no debes dejar en segundo plano tus necesidades. Al contrario, es recomendable que:

  • Cuides tu alimentación, duermas lo suficiente y practiques actividades físicas.
  • Reconozcas que el padecimiento y atención de la persona puede llegar a sobrepasarte.
  • Solicites ayuda a otros familiares o profesionales.

Para reducir las consecuencias emocionales, es primordial retomar las relaciones sociales; llevar a cabo cosas que te relajen y diviertan. Por ejemplo, salir a un restaurante, ir al spa o salón de belleza. También es una opción asistir al teatro, cine o ir a un concierto.

Otra cuestión importante es conocer el diagnóstico y padecimiento de quien se cuida; reconocer las sintomatologías y comportamientos que son normales en la persona cuidada. 

Para ello, es esencial investigar sobre tratamientos médicos, el desarrollo de la enfermedad y sus fases. Se necesita saber qué puede realizarse con el fin de llevar de la mejor manera el padecimiento de salud, o deterioro por vejez.

Otros consejos útiles

Otras cosas que puedes hacer si eres un cuidador, es evitar los excesos de comida, café o medicamentos. En lugar de ello, gestiona de forma correcta tus sentimientos.

También es conveniente llevar una vida saludable y delegar responsabilidades. Es necesario dejar que otros colaboren en la atención de la persona cuidada, aunque creas que no pueden hacerlo bien o tienen poca experiencia. Si hace todas estas cosas, puedes lograr mejoras sustanciales.

Sin embargo, una de las mejores alternativas es recurrir a los especialistas en la materia. Un cuidador formal está plenamente capacitado para ofrecer la asistencia requerida por las personas de edad avanzada o que enfrentan alguna enfermedad. Han desarrollado, entre muchas otras, habilidades específicas para:

  • La movilización de pacientes.
  • La asistencia en actividades de limpieza personal, vestido, aplicación de medicinas y dotación de alimentos.
  • Aplicar técnicas de acompañamiento, apoyo emocional y terapias cognitivas.
  • Resolución de emergencias, técnicas relajantes y para la funcionalidad física.

Acude a los expertos en cuidados

Si recurres a expertos en este tipo de cuidados, no tendrás que afrontar los efectos emocionales, financieros y físicos asociados al síndrome del cuidador.

Incluso, tu familiar estará mejor cuidado, y se le procurará un trato con calidad humana. Nunca será lo mismo ser un cuidador formal que uno informal.

No será lo mismo hacerse cargo de alguien sin tener preparación, equipo, formación, paciencia y vocación, que hacerlo sin ninguna o muy poca experiencia.

La información y preparación médica, técnica y profesional son esenciales.

Algunos servicios ofrecidos por los profesionales son:

  • Cuidados de paciente a domicilio.
  • Cuidados en hospitalización.
  • Telecuidados.

Un cuidador formal está capacitado para cubrir necesidades de higiene y confort, alimentación e hidratación, movilidad y descanso. También, para satisfacer los requerimientos de estimulación, recreación y comunicación. Además, saben perfectamente administrar los medicamentos.

Estos servicios los puedes encontrar en Colombia, Costa Rica, Ecuador, Honduras, Panamá, Rep. Dominicana, Uruguay o  Venezuela.

Ahora que sabes qué es el síndrome del cuidador y aquello que debes hacer para manejarlo, recuerda: poner a tu familiar en manos de expertos, también es un acto de amor.

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